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Un lunes después de salir de mi trabajo, decido ir a la casa de mi madre para contarle sobre un problema que tuve con mi esposa. Ella me había sido infiel y yo no sabía cómo afrontar las cosas. Al llegar, ella saca dos tazas de café para que le cuente todo y me sienta en su mueble favorito y luego de contarle todo el problema, ella me dice que debo dejarla y que me va a ayudar a olvidarla. En ese momento, me comienza a tocar y luego se me acerca tanto que me excito y comienzo a manosearla toda. Posteriormente, le practico el sexo oral y acabo follándola hasta correrme en su coño. ¡Que deliciosa follada, ni mi esposa joven lo hacía tan delicioso! Creo que acabé enamorado de mi madre…
