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Mi primo siempre ha sido un hombre flaco encantador. Él me había mostrado su pija veces anteriores y yo había quedado totalmente asombrada, pero entre los dos, nunca pasaba nada. Un día, yo estaba en su casa y me masturbe con unas fotos hot que me mandaron. Luego de eso, fui al baño a lavarme las manos y ahí fue donde lo encontré. Al verlo no me pude resistir y terminé comiéndole la polla intensamente en diferentes posiciones hasta que le saqué toda su lefa. ¡Qué perra soy! ¡Que no se entere mi tía!