Le doy el mejor regalo a la tetona de mi hermanastra

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Tenía años sin ver a mi hermanastra y por ello, un día decidí emprender un viaje muy largo para ir a visitarla. Pero, al llegar a su casa, me recibe con sus tetas casi que saliéndose de la camisa. En ese momento, me asombro y me excito mucho pero no le digo nada. Luego de saludarla, la confronto por lo de sus tetas y después de que me las enseña, me chupa la polla intensamente porque sin yo saberlo, ella se estaba masturbando antes de que yo llegara a tocarle la puerta. Posteriormente, la follo y la sacio de placer. ¡Que buen momento para llegar a ver a mi hermananastra!