0 views
|
0 likes
Yo siempre había querido ser mujer. Por ello, un día que mi madre no estaba en casa, decido ponerme su brasier y su pantis para sentirme como una de ellas. Pero, al hacerlo, no me di cuenta que estaba llegando a casa y al entrar, me encontró en el sofá. Ella se molestó mucho por verme así y comenzó a pegarme. Pero luego, decide ayudarme con mi problema enseñándome lo delicioso que folla una mujer. Por ello, comienza a chuparme la polla y luego me entrega su coño para follarla. ¡Que delicioso es penetrar a una mujer! ¡No sabía lo que hacía, gracias mamá!