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Un día salgo a la terraza para despejar un poco la mente y es allí, donde encuentro a mi vecina. Ella es una perrita de tetas naturales con un culo perfecto, de la cual siempre he gustado. Pero, nunca había tenido el privilegio de hablarle. Ese día, ella se me acerca y después de hablar un par de minutos, comienza a excitarme, me saca la polla del pantalón y me la chupa. Al rato, decido llevarla a mi casa y, en el sofá, tenemos sexo hardcore en diferentes posiciones hasta que yo me corro en su boca y ella se traga toda la leche caliente.
