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Una rubia de tetas grandes es algo que deslumbra a cualquier hombre. Un día, iba con mi taxi por las calles y me encuentro con una rica joven que necesitaba que le trasladaran urgentemente. Yo, como buen hombre, la subo a mi taxi. Pero, estando allí, ella me dice que se dirige a un bar porque necesita que alguien la folle. Al escuchar eso, yo me ofrezco y ella me acepta. Estaciono el taxi y me paso a la parte trasera. Comienzo a manosearle los pechos y termino follándola. ¡Todo parece un sueño!